miércoles, 11 de abril de 2018



Era una noche oscura de lluvia y niebla,
un tren se arrastraba contra el viento dirección norte,
el abismo se cernía tras la ventana
pero ella no tenía miedo.

Con una mano apoyada en el cristal
y la otra sobre sus piernas,
contemplaba las gotas de agua
deslizarse hacia el vacío;

y cuando el móvil temblaba,
una vorágine de letras provocadoras
acudían a su mirada.

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