jueves, 22 de enero de 2009

"Los heraldos negros", César Vallejo

Hay golpes en la vida tan fuertes... ¡yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... ¡yo no sé!
Son poco; pero son... Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero, y en lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.
Y el hombre... ¡pobre... pobre! Vuelve los ojos,
como cuando sobre el hombre nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido se empoza,
como charco de culpa, en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡yo no sé!

pd: parece un presentimiento que dejara este poema para hoy y que ayer leyera sobre la necesidad de no haber nacido, parece increible, anoche sólo eran versos, "preferiría no haber nacido", "ojalá hubiera nacido muerto", "quisiera que me hubieran abortado", y tantos otros pensamientos que solo los sentia de lejos pero hoy...sorpresas duras, dolor, la necesidad verdadera, entre lágrimas, de nunca haber nacido, de no existir, kiero reventar, necesito reventar, solo reventar; ahora me ire de tapas, de fiesta, pero esta noche las calles de granada no me dirán nada, ni yo a ellas ni a nadie, solo pensaré en reventar, que me regalen una pistola, que me regalen el valor, algo va a pasar, espero atragantarme; lo que nunca te diré...quizá no salga... solo para que me recojan en el patio...

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