¿Dónde están esas exhalaciones
de vida de antaño?
Hoy sólo quedan sueños
desvanecidos en la lejanía,
cadáveres mecidos por el viento
torturador de la monotonía,
ojos vueltos al pasado,
pies enterrados en el fango de los recuerdos,
el corazón sepultado bajo pútridos atardeceres
y la esperanza muerta para siempre
en aquella mirada que la derrota exilió,
¿dónde están los rayos de sol, el mar?
Sólo resta abrasar el alma hundida
en días oscuros y lluviosos, secos y tristes,
y así, incinerar el amor que me suicidó.
jueves, 29 de enero de 2009
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